La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

jueves, 27 de agosto de 2015

Tumba de Facundo Quiroga



Ante esta tumba y en este cementerio, me interesa recalcar el valor mediador del patrimonio monumental en la construcción de la memoria nacional. Porque el patrimonio monumental nos permite releer la historia argentina en clave reconciliadora. A los pies de los monumentos (y más todavía de los monumentos sepulcrales) se cierran las polémicas y permanece el valor fundante y arbitral de la memoria y el tributo.
Y fijáte cómo, aquí, en el cementerio de Recoleta, que tiene en algún punto el significado  simbólico de un "panteón nacional", encuentran su última morada, a pocos metros unos de otros, aquellos argentinos que, en vida, fueron adversarios y hasta enemigos...a muerte...

Pero vamos a referirnos brevemente a Facundo Quiroga, quien, para Sarmiento, encarnaba en grado sumo una barbarie caudillesca poco menos que vomitada por el Averno... Pero ¿era tan así? Una relectura más serena de la figura de Quiroga lo muestra como un guerrero valiente y un líder de gran cultura, con gestos de hidalguía caballeresca (como cuando devuelve intacta a la esposa de Lamadrid, exiliado en Bolivia...o cuando visitó a Rivadavia en el buque en que regresó al país y del cual no pudo desembarcar)

Un sano revisionismo lo rehabilita y sostiene que sólo fue cruel por necesidad de una guerra... cruel...

Acordáte, de paso, cómo Jorge Luis Borges recordó su trágico final en aquel poema "El General Quiroga va en coche al muere"...
Quiroga fue cobardemente asesinado en Córdoba (Barranca Yaco, 1835) y sus restos quedaron, primero en aquella provincia. La viuda reclamó el cadáver y Rosas lo mandó traer a Buenos Aires, primero a Flores por pocos días, y luego a la Recoleta, en el marco de exequias solemnes.
En su sepulcro (que está detrás de mi, en la foto), situado muy cerca de la entrada, a la izquierda del camino principal del enterratorio, se destaca la escultura llamada "La Dolorosa", que es obra del artista italiano Tantardini (podés ver otra obra suya, magnífica, en la sala Guerrico del Museo Nacional de Bellas Artes, en Buenos Aires). La pieza, cuya serenidad vertical asume la tragedia implicada en ese sepulcro, fue ejecutada en mármol de Carrara, en Milano.
Te quiero contar un episodio curioso: en 1877 la estatua fue, literalmente "enlazada" por unos jinetes que ingresaron al cementerio y pretendieron derribarla, para agraviar la memoria de Facundo. Para evitar otros atentados, sus descendientes, los Demarchi, resolvieron ocultar el ataúd de Quiroga, parado, detrás de una pared de la bóveda..De este modo se cumplió aquel dictum que anunciaba que Quiroga seguiría erguido y de pie ante sus adversarios, incluso tras la muerte...
Te ofrezco, además, unas imágenes de mi colección privada, que muestran la singularidad de este monumento sepulcral y la prestancia de su expresión estatuaria, en tiempos anteriores del cementerio de la Recoleta, bien despojado por entonces. No en vano se ha dicho que esta Dolorosa fue la primera obra artística emplazada en el enterratorio del Norte.