La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo


Decoración (aplicada a los edificios): Para la Ecole des Beaux Arts, el tema de la decoración en la arquitectura se vincula al problema de la belleza de los edificios. En efecto, la decoración viene a satisfacer una de las tres condiciones del factor armonía implícito en la cualidad de la belleza; es decir que el edificio ha de guardas armonía con la percepción del observador (Cloquet).
No basta con que la “expresión” arquitectural sea sincera; debe, además, ser acentuada. Para ello está la ornamentación, donde la forma artística aporta una “poética” a la construcción.
La decoración vendría a configurar un desarrollo expresivo de las formas adaptado al espíritu del observador (Cloquet).
Para ello, se deben elegir primeramente aquellos elementos de la estructura que puedan ser más útilmente acentuados desde el punto de vista de la expresión. Luego, se los desarrolla de modo de resaltar su valor. Así, la decoración deberá ser siempre “expresiva”, ya se simbólica o meramente ornamental.
Otro aspecto importante que los tratadistas señalan especialmente para la decoración escultural (y pictórica) es que debe concurrir, junto con la arquitectura, a acentuar la misma idea proyectual y las mismas “frases arquitectónicas”, comportándose como un dócil auxiliar, y jamás debe disimular el sistema estructural del edificio. Así, la escultura aplicada pondrá de relieve las líneas más importantes del edificio. Además, el programa iconográfico elegido, expresado en estatuas, relieves y demás motivos esculpidos (antropomorfismos, animales reales o fantásticos, seres mitológicos, motivos vegetales, geometrismos, heráldica, etcétera), deberá adecuarse tanto al carácter como el destino del edificio.