La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo


Non finito: la palabra italiana (“no terminado”) designa un recurso técnico y expresivo que consiste en el inacabado de las figuras esculpidas que permanecen insertas solidariamente en la materialidad del bloque de mármol. De este modo, la figura ”emerge” del bloque sin desprenderse de él y sin exhibir sus formas corpóreas completas, aunque éstas, junto con los gestos y las poses, logran una impactante impresión figurativa.
Miguel Ángel fue el precursor y maestro en este recurso, con sus célebres “esclavos” realizados para la tumba del papa Julio II, quienes aparecen en poses dramáticas, como aprisionados por sus propios cuerpos y retenidos por el bloque de mármol, en lucha con fuerzas opuestas e invisibles. También, la última escultura de Miguel Ángel, la Pietá Rondanini (1564) exhibe un grado extremo de non finito: “la figura de Cristo emerge escasamente de la piedra, hacia la cual de hecho, parece estar volviendo como hacia su fuente y el cuerpo ha sido rústicamente indicado, como si estuviera mutilado” (Charles Sala).